lunes, 15 de junio de 2009

RESEÑA DE LECTURA 12

2009

José Luis Carranza Cortés.
Sede: Tepic, Nayarit



[RESEÑA DE LECTURA 12]
Se presenta la reseña de las siguientes lecturas:
• Educación desde la comunicación
• Del malestar al desorden cultural.


Reseña de lectura No. 12
La educación desde la comunicación.
Jesús Martín Barbero.
Si ya no se escribe ni lee como antes, es porque ya no se puede ver ni representar como antes. Esto es debido a la reestructuración. Existe una brecha generacional entre los nacidos antes de la revolución electrónica y la nueva generación net. De tal forma que solo con la integración tecnológica, la escuela tendrá un lugar al aceptar los aportes de escritura tipográfica, audiovisuales y digitales, con identidades y flujos, así como entre movimientos ciudadanos y comunidades virtuales.
El efecto de la aparición de las TIC, ha sido el motivo para culparlas de la crisis actual de afición a la lectura y el pobre nivel cultural. Ha sido considerado el libro como el espacio propio de la razón y el argumento, el cálculo y la reflexión. Mientras que el mundo de la imagen masiva, ha sido considerado como proyecciones irracionales, manipuladas por culturas de consumo y de simulación política.
Esta brecha generacional es una realidad, en mi ambiente de trabajo, existe un rechazo absoluto a todo lo que puede ser representado por los medios de comunicación, sobre todo el uso del Internet y los beneficios que este reporta. No aceptan que la información puede ser obtenida en mayor cantidad y calidad con el uso de buscadores boléanos, que con la tradicional búsqueda de revistas impresas.
Sartori identifica a la videocultura, como la decadencia, incluso el fin del pensamiento. A medida que el mundo audiovisual se hace más relevante y culturalmente más estratégico, exaspera el rencor intelectual hasta el paroxismo. La gran molestia de algunos intelectuales –a la antigua usanza-, es por la fascinación que produce el medio audiovisual –con una gran capacidad de absorber e hipnotizar, sin necesidad de tener que pensar-, y que afecta a la minoría culta, encantándola, distrayéndola, robándole las energías intelectuales.
El autor se pregunta que es lo que nos proporciona la televisión. La incultura es la esencia de la televisión, por tal motivo es el desinterés y el desprecio de los intelectuales, lo que demuestra un claro factor elitista. La televisión en Colombia tiene la particularidad de ser el escenario de encuentros desafortunados, que van desde el éxito de una telenovela, hasta el fracaso de la selección de futbol en el mundial. De forma tal, que no se puede reducir la fascinación que produce la televisión en las masas, en un país en donde se sufre de esquizofrenia cultural y ausencia de espacios de expresión política.
El efecto que causa la televisión en Colombia, es un efecto que se generaliza en toda Latinoamérica. Aquí en México los referentes televisivos, son prácticamente en el mismo tenor, estamos mas preocupados por lo que le pasa a la selección mexicana de futbol, que lo que le puede ocurrir a toda la población, con la aparición de la Influenza Porcina. Mientras nuestra población no eleve su nivel cultural, seguiremos aceptando que los consorcios televisivos, implanten de una forma perversa, la programación televisiva y se genere aún más las sociedades de consumo.
La televisión es cómplice de los intereses políticos y mercantiles, que impiden el desarrollo democrático informativo y construye imaginarios e identidades. El solo apagar la televisión, no es la respuesta, la idea es ir a la defensa de una televisión pública, que esté en manos de organizaciones de la sociedad civil, que presenten referentes educativos y culturales.
Respecto a la pluralidad de los alfabetos, se comenta que el libro seguirá siendo clave en la primera alfabetización y será la que ponga las bases para la segunda alfabetización, las que hoy conforman el mundo audiovisual y el texto electrónico.
Esto no significa sustituir un libro por otro, sino una articulación y de una recíproca inserción de unos con otros, formar ciudadanos que sepan leer, tanto periódicos como noticieros de televisión, videojuegos, videoclips e hipertextos.

En el mundo de la educación, los educadores acaban olvidándose de la complejidad del mundo adolescente o juvenil y se reducen a un nivel de consumidores de música y televisión. Deberían como educadores, emprender una tarea para estudiar la televisión y así poder educar el ver y el gusto de los que gozan viéndola. Solo asumiendo los medios como dimensión estratégica de la cultura, podrá la escuela interactuar, en los nuevos campos de experiencia, reorganizando los saberes, flujos de información y las redes de intercambio creativo y lúdico de la ciencia y el arte.
La presencia estática de muchos educadores los cuales fueron formados mediante educación formal, sigue siendo una fuerte resistencia al cambio de paradigmas. La mayoría de estos educadores, no aceptan la presencia de los medios de comunicación en la educación, por el temor a aprender la utilización de las TIC. En el medio de trabajo que me desempeño he podido constatar, el bloqueo mental que se auto-programan los médicos de mi generación, o de generaciones anteriores. Se ha instalado en nuestro hospital el sistema para la utilización del expediente electrónico, el cual presenta grandes beneficios, como es el mayor control del expediente y del seguimiento de los tratamientos, sin embargo los médicos se niegan a utilizarlo, a pesar de haberlos capacitado para su utilización.
Regresando a Colombia, se dice que las mejores relaciones entre cultura y educación, son las que no les permitan encontrarse, ambas con la televisión. El ministro de cultura refiere que los medios masivos de comunicación, son cualquier cosa menos cultura. Solo existe un solo canal cultural nacional y algunos programas sueltos, en un espacio de tres horas y son transmitidos en el horario de 9 a 11 de la noche, horario incomodo para la mayoría de los ciudadanos, toda vez que deben de levantarse a las cinco de la mañana para ir al trabajo.


El autor refiere que la nación debe dinamizar la educación y la creatividad cultural, incluyendo la invención científica y la innovación tecnológica. El primer paso es que la escuela piense menos en los efectos ideológicos y morales de los medios y más en el ecosistema comunitario. La crítica de los contenidos como de las formas de seducción de los medios audiovisuales, solo resultará valida cuando la escuela sea capaz de insertar esa crítica en un proyecto de cambio educativo de envergadura cultural. Con la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías de comunicación e información, como estrategias de conocimiento y no como instrumentos de ilustración y difusión.
Se debe de contemplar un proyecto educativo, capaz de incorporar las estéticas y los relatos audiovisuales, que configuran la literatura cotidiana de las mayorías. En el presente siglo es una condición de vigencia, aprender a leer los textos audiovisuales y los hipertextos.
Para una escuela es necesario crecer y tener estas competencias, para el alumno aprender el contexto de lo que es el pensamiento crítico y conocer y practicar los nuevos ambientes de aprendizaje. Un docente capacitado en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con la idea de utilizarlas como vinculo y aplicarlas en nuevo proceso educativo no formal e informal, como es la alternativa de la educación a distancia o en línea.
El autor refiere, que resulta desmitificador pensar que del libro forma parte, el mismo, de los medios de comunicación y como tal viéndose definido tanto por la materialidad de sus soportes, como por las modalidades de sus escrituras y sus formas de relación con los usos sociales, que configuraron los cambios. La actual crisis de lectura entre los jóvenes tiene que ver menos con la seducción que ofrecen los medios audiovisuales y mas la profunda reorganización que atraviesa el mundo de las escrituras y los relatos, así como la transformación en las formas de leer y a profundos cambios en todas las prácticas culturales de la memoria.


La presencia en la escuela de la videograbadora o la computadora, forma parte del conjunto de gestos que es indispensable hacer para que el rostro de la educación cambie, pero el resto siga igual. Estos gestos van dirigidos mas hacia afuera que hacia dentro, el prestigio del colegio es el que se vera comprometido, sin la presencia de las tecnologías, que es la imagen de un estatus modernizador.
El ecosistema comunicativo esta conformado, no solo por nuevas máquinas o medios, sino por nuevos lenguajes, escrituras y saberes. Por la hegemonía de la experiencia audiovisual sobre la tipografía y la reintegración de la imagen al campo de la producción de conocimientos. El crecimiento tecnológico se realiza a través de consorcios privados, sin la intervención del estado, dejando sin espacio al servicio público y acrecentando las concentraciones monopólicas. El estado deja de ser garante de la colectividad nacional, para ser gerente de los intereses particulares, privados transnacionales.
Desafortunadamente estos consorcios, que tienen concentrado el crecimiento tecnológico, no permiten que otras medianas empresas puedan competir mejorando la calidad de los referentes. De tal forma que ellos, manejan a libertad la calidad y el contenido de los mensajes, con el consiguiente manipuleo mercantil, en donde brilla por su ausencia los contenidos educativos y culturales.
El autor comenta; parecería que la apropiación de la computadora y las nuevas tecnologías de diseño, estuvieran ante todo posibilitando a la prensa escrita, competir con la televisión; en donde hay un predominio de la imagen sobre el texto escrito, hasta el extremo en las ediciones del domingo, con brevedad en los artículos con tendencia a ser cada día mas cortos y mas fácilmente digeribles. Otra relación es la edición tecnológica de os principales periódicos y revistas de cada país, lo que posibilita el crecimiento de los lectores, dentro y fuera del país.



En las nuevas actuaciones de los medios, estos buscan a su manera responder a las nuevas demandas sociales y las nuevas figuras de lo político. Estimulan y apoyan la presencia de candidatos independientes cívicos, al facilitar la interlocución entre estado y organizaciones de la sociedad civil. Por otra parte hay que replantear, la visión que identifica la cultura mediática, con la homogeneización cultural.
















Del malestar al des- orden cultural.
La profunda crisis, tanto de los modelos de desarrollo, como de los estilos de modernización esta fracturando un orden, que al identificarse con la razón universal, nos esta impidiendo percibir la hondura del des- ordenamiento cultural que atraviesa la modernidad. El desordenamiento cultural que vivimos, remite en primer término al des-centramiento que atraviesa la modernidad. Esta modernidad tiene características de formación de capitales, internacionalización de mercados, difusión de conocimientos y las tecnologías, la globalización de los medios masivos, la extensión de la enseñanza escolarizada, la vertiginosa circulación de las modas y la universalización de ciertos patrones de consumo.
La modernización en el ámbito educativo tiene una gran injerencia, la cual puede estar representada, por la presencia de los medios masivos de comunicación y muy en especial por las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Si bien es cierta la presencia de la televisión, esta se ha quedado corta en su vinculación con la educación. Sin embargo esta presente y espera la intervención, mediante una propuesta o proyecto planteado por los titulares de la SEP, para la programación de los referentes televisivos, con contenido académico y cultural.
La hegemonía de la razón comunicacional, se halla cargada de la opacidad discursiva y la ambigüedad política, que introduce la mediación tecnológica y mercantil, en el devenir del mercado de la sociedad. La convergencia entre sociedad de mercado y racionalidad tecnológica, disocia la sociedad en sociedades paralelas. La gente puede con cierta facilidad asimilar los instrumentos tecnológicos y las imágenes de modernización, pero lentamente pueden recomponer su escala de valores, de normas éticas y virtudes cívicas.
El desencantamiento de la política, transforma el espacio en espacio publicitario, convirtiendo al partido en un aparato- medio, especializado de comunicación y al carisma, en algo que se fabrica por la ingeniería mediática.
El discurso político televisado, busca no adhesiones, sino puntos en la estadística de posibles votantes y transforman a la audiencia en público.
El des- orden en la cultura que introduce la experiencia audiovisual, atenta hondamente contra el tipo de representación y de saber en que estuvo basada la autoridad. Primero fue el cine, el cual hacia visible la modernidad de unas experiencias culturales que no se regían por cánones, ni eran gozables desde su gusto.
El cine tuvo una fuerte participación durante la segunda guerra mundial, en donde se distribuía la información previamente programada, contra las acciones del ejército alemán, sobre el pueblo judío y sobre los ejércitos aliados. Se comenta que este instrumento de comunicación, fue lo que mas perjudico la imagen del ejercito alemán, mas que las bajas sufridas por los ejércitos aliados.
La televisión es el medio que mas radicalmente va a desordenar la idea y los límites del campo de la cultura, con tajantes separaciones entre realidad y ficción. La novela y el periódico, fueron las dos formas de imaginación que proveyeron los medios a partir del siglo XVIII. Una tarea clave de los medios hoy, es fabricar presente, el cual esta concebido bajo la forma de golpes sucesivos, sin relación entre ellos y con características de autista, que cree poder bastarse a sí mismo.
Los spots publicitarios fragmentan la estructura narrativa de los relatos informativos o dramáticos, al tiempo que la publicidad televisiva se halla tejida de microrelatos visualmente fragmentados al infinito. Lo que anima el ritmo y compone la escena televisiva, es el flujo –implica disolvencia de géneros y exaltación expresiva de lo efímero-, que es un continuum de imágenes, que indiferencia los programas y constituye la forma de la pantalla encendida.
El autor refiere que en Colombia, se ha hecho mas visible la secreta complicidad, entre medios y miedos. Miedos que provienen de un orden construido sobre la incertidumbre y la desconfianza que nos produce el otro –étnico, social, sexual-, que es interpretado como amenaza.

Miedo a la pérdida de la pertenencia, que al normalizar las conductas, se erosionan las identidades, que acaba robándoles el piso cultural.
En contraparte de lo que se refiere del fenómeno observado en Colombia, en donde existe miedo a los medios, que pueden ser causantes de robarles la identidad y la cultura. Aquí en México desgraciadamente, esta respuesta de resistencia no existe, no he leído información al respecto, la audiencia televisiva, se deja seducir y se abandona a la imaginación. Es mas fuerte la influencia, que ejercen los referentes televisivos sobre la audiencia, que ésta este preocupada por conservar su origen y cultura.
La televisión se ha constituido en un actor decisivo en los cambios políticos, es protagonista de las nuevas formas de hacer política, realizando simulacros con los tan cuestionados sondeos de opinión, que suplanta la participación ciudadana, democratiza las costumbres y la cultura política. Las imágenes televisivas, median el acceso a la cultura moderna en toda la variedad de sus estilos de vida, de sus lenguajes y sus ritmos, de sus formas de identidad y de la lenta erosión que la globalización produce sobre los referentes culturales.
El autor hace referencia en que necesitamos pensar en la profunda compenetración, que hoy se produce en América Latina, entre la oralidad que perdura como experiencia cultural primaria de las mayorías y la visualidad tecnológica, esa forma de oralidad secundaria, que tejen y organizan las gramáticas tecnoperceptivas de la radio y el cine, del video y la televisión.
En el sensorium moderno, los jóvenes articulan las sensibilidades posmodernas de las efímeras tribus que se mueven por la ciudad y en las comunidades virtuales cibernéticas. Viven una des- localizada experiencia cultural, que proviene entre la vinculación que provoca, su malestar en la cultura y el estallido de las fronteras espaciales y sociales, que la televisión/computador introducen en los sentires, en los saberes y los relatos.
Se debe de dar un salto desde la ciudad letrada, a la ciudad comunicacional, para comprender la estrecha simetría entre la expansión/estallido de la ciudad y el crecimiento/densificación de los medios y las redes electrónicas.
El enlace de la televisión, produce una alianza entre velocidades audiovisuales e informacionales, entre innovaciones tecnológicas y hábitos de consumo. La ciudad informatizada no necesita cuerpos reunidos, sino interconectados. La eficacia de la ciudad virtual, es el resultado de su capacidad para acelerar, amplificar y profundizar tendencias estructurales de nuestra sociedad.
Este es el reto para el docente del siglo XXI, realizar una verdadera interconexión con los alumnos y con los contenidos curriculares. La tecnología seguirá avanzado a pasos agigantados, el docente deberá transitar a paso veloz en el manejo de las competencias de los nuevos ambientes de aprendizaje. La educación a distancia se puede tomar como una herramienta, que podrá favorecer la aplicación de asignaturas, queda el tutor como guía y orientador del educando, sin pretender tomar un papel protagónico.
Lo que se considera realmente como revolución en la televisión, es que permite a los más jóvenes estar presentes en las interacciones con los adultos. Al no depender su uso de un código de acceso, como el libro, la televisión expone a los niños, desde que abren los ojos, al mundo de los adultos. La pequeña pantalla les expone los temas, y comportamientos que los adultos se esforzaron en ocultares por siglos. Lo que los padres y psicólogos se plantean, es porque mientras los niños siguen gustando de libros para niños, prefieren los programas de televisión para adultos.
La escuela encarna y prolonga, como ninguna otra institución, el régimen de saber que instituyo el texto impreso. Al tiempo que la comunicación pedagógica, es identificada con la trasmisión de contenidos memorizables y reconstituibles; el rendimiento escolar, se mide por edades y paquetes de información aprendidos.
El aprendizaje del texto, asocia a través de la escuela un modo de transmisión de mensajes y un modo de ejercicio del poder, basados ambos en la escritura. Se atribuye la crisis de lectura de libros entre los jóvenes, a la maligna seducción que ejercen las tecnologías de la imagen.
La actitud defensiva de la escuela, se limita a identificar lo mejor el modelo pedagógico tradicional con el libro y anatematizar el mundo audiovisual, como un mundo de frivolidad y manipulación, de las mentes jóvenes, inmaduras e indefensas. La práctica escolar demuestra que la lectura y escritura es una labor tediosa, no placentera ni creativa. Frente a la cultura oral, la escuela se encuentra desprovista de interacción, y a la defensiva, tal como frente a la audiovisual.
El libro sigue y seguirá siendo la clave de la primera alfabetización formal, esa que en lugar de encerrarse sobre si misma, debe hoy poner las bases, para esa segunda alfabetización, que abre a las múltiples escrituras que hoy conforman el mundo del audiovisual y la informática.
Se esta quedando excluido –en el campo laboral y profesional-, el alumno de condiciones socioeconómicas bajas, el cual acude a una escuela pública en donde no existe el acceso a las tecnologías, esto hace que se marque una gran diferencia con otro tipo de alumnos en mejores condiciones económicas, los cuales tiene acceso al ecosistema informático y su capacitación esta mas acorde con el siglo XXI.
Esta es una limitación que en mi práctica docente observo con frecuencia, las escuelas públicas hacen caso omiso a la necesidad de acondicionar las aulas con este tipo de tecnología. No la integran como herramientas, que como dice el autor, es la continuación de la primera alfabetización formal, la cual se puede vincular estrechamente a la educación audiovisual. Los resultados de la deficiente formación en estos alumnos, los deja fuera de competencia con alumnos que fueron formados y desarrollaron capacidades con el uso de las TIC.

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