miércoles, 5 de agosto de 2009

Diseño instruccional- ¿como sera la educación del futuro?

Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas con Enfoque en Salud



¿Cómo será la Educación Médica del Futuro?.





José Luis Carranza Cortés
Grupo: 01
Sede: Tepic, Nayarit.

¿Como será la educación médica del futuro?

Artículo escrito por el Dr. Guillermo Jaim Etcheverry, publicado en www.intramed.com. Este documento desde mi particular punto de vista, no tiene ningún desperdicio.

El autor hace referencia al problema que plantea la educación médica, las tendencias del sistema educativo tienen influencia en lo que acontece en el sistema universitario y en particular en las escuelas de medicina, hace mención sobre la reflexión de estrategias pasadas y actuales y la de encontrar el punto medio del análisis. Refiere el autor que puede existir un peligro ocasionado por la adhesión acrítica y sin ninguna resistencia, a muchas de las tendencias educativas actuales.

La sociedad actual hace una apuesta por el cambio permanente, en donde se encuentra inmersa la educación, razón por la cual las estructuras educativas en todos los niveles, sufren de mutaciones constantes. Algo que mencionan los reformadores de la educación, lleva a la conclusión que lo que se hizo hasta ahora tuvo malos resultados. La pedagogía tradicional solo ha formado individuos limitados, que memorizan información poco útil, repetidores sin reflexión, que se recurren constantemente a las evaluaciones, como único medio de soporte.

La forma en que describe el autor a la pedagogía tradicionalista, ciertamente hace llegar a esas afirmaciones, en donde se realizan solo una serie de actividades más tendientes al conductismo, pero sin desarrollar competencias verdaderas, mas sin embargo los docentes nos hemos hechos afectos hasta desarrollar verdaderas obsesiones, el realizar avaluaciones constantemente y sin objetivos terminales concretos.



Estos métodos tradicionales de aprendizaje, conciben al alumno, como victimas de un sistema despiadado, que ha decidido que el conocimiento de lo concreto carece de importancia, toda vez que los datos de valor se encuentran en las redes de comunicación, dejando como obsoleta la información que ofrecen los tradicionales libros.

A esta pedagogía es a la que apuesta el alumno activo, motivado, que esta interesado en aprender toda la vida, con un pensamiento de adulto y que esta capacitado a trabajar con los demás. Puntualiza el autor; “una pedagogía estimulante de la discusión, aunque la sustancia del debate, no refleje mas que la ignorancia acerca de los aspectos mas relevantes de lo que se discute”. Lo opuesto a esto es conocimiento inútil.

Se reconocen muchas ideas para la renovación de la enseñanza en medicina, sin embargo desconocemos una realidad que nos señala, que no contamos con los alumnos ni con los docentes, capacitados para desarrollar estos programas, cuyos beneficios -comenta el autor-, están muy lejos de ser demostrados. Se olvida que en muchas ocasiones, que los estudiantes tienen derecho a comprender la complejidad, a enfrentarse a la dificultad y ejercitarse en la abstracción. Por lo que resultaría saludable, someter a la crítica las teorías que sustentan estos programas y que son experimentos –a decir del autor-, a los cuales sometemos a nuestros alumnos.

Se desprende de estos conceptos que el maestro de una forma que se presta a la conveniencia, niegan de una forma precipitada la función de enseñar, que hoy parece ser una actividad vergonzosa. En una encuesta realizada en la Argentina, en docentes del ciclo primario y medio –aquí en México considerada como educación básica-, el 73% de ellos se considera facilitador de aprendizaje y solo el 13%, se concibe como transmisor de cultura y conocimiento.


Siguiendo con la encuesta; el 61%, considera que su misión mas importante es el de “desarrollar la creatividad y el espíritu crítico” y solo el 28% menciona que se espera de ellos la transmisión de conocimientos actualizados y relevantes. El 13% considera a esta, la trasmisión de conocimientos actualizados y relevantes, su función menos importante.

Las encuestas argentinas pueden ser similares a las de nuestro país, el docente de educación básica esta en la disyuntiva, es un facilitador de conocimientos mediante teorías del aprendizaje conductuales, o un generador de conocimiento mediante la creatividad y el desarrollo del pensamiento crítico. En la práctica docente, en ocasiones son utilizadas ambas teorías del aprendizaje y la verdad sea dicha hay predominio hacia los paradigmas conductuales, lo que encasilla al docente en ser un repetidor de información y el alumno en un receptor pasivo.

Sin embargo en otro estudio –PISA 2006-, realizado en el mismo país sudamericano, el 58% de los jóvenes argentinos de 14 años de edad, que cursan la edad media, carecen de la capacidad de entender lo que leen. Estos resultados muestran que existe un error a asumir la responsabilidad de enseñar, como menciona el autor; una asimetría en la relación docente- alumno que resulta políticamente incorrecta. Razón por la cual están surgiendo corrientes que se proponen “volver a enseñar”, convencidos de que “aprender a aprender”, se aprende aprendiendo algo.

Menciona el autor que la enseñanza es ejemplo, ejemplo del maestro atraído por el conocimiento, esforzado ejemplo de imitando a imitar con esfuerzo. Albert Einstein decía; “dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única”. El principal determinante de una buena escuela, sigue siendo contar con buenos profesores, porque el objetivo central de la institución educativa, es que sus alumnos entren en contacto directo con personas excepcionales.

Muchas estrategias de modernización nos pueden conducir al descenso de la calidad de la enseñanza, la cual puede ser superficial y poco útil. El autor comenta que la tecnocracia educativa conduce al desprestigio de la figura del docente, al desvalorizarla se muestra a las jóvenes generaciones que lo que ellos hacen no nos interesan.

Esto que comenta el autor no lo comparto, creo que la utilización de la tecnología educativa puede reforzar la presencia del docente ante el alumno, la forma de utilizar las tecnologías como herramientas de apoyo, favorecen al docente, haciéndolo un facilitador del aprendizaje y puede fomentar además nuevos ambientes de aprendizaje como son; el estudio independiente y el trabajo colaborativo.

En el contexto de la medicina, es mas importante que nunca, educar además de entrenar, al futuro médico, para que al menos conserve el núcleo de convicciones que han distinguido a nuestra profesión, dice al autor. Mencionando la moda evaluativa, refiere el documento que se esta instalando una fuerza avasalladora el concepto de justificar la existencia de resultados que sean medidos y comercializables. De esto se desprende que se apliquen a las instituciones y a sus productos, los mismos criterios para reportar productividad, como a las empresas que comercializan bienes. No solo se industrializa la salud, también afecta a la educación.

Como precisa el autor, esta lógica empresarial, ha ocasionado la pérdida de valores filosóficos que deben de existir tanto en los maestros, como en los alumnos de medicina. De forma tal, que el alumno egresa de la escuela de medicina, con el firme propósito de tener éxito, el cual solo puede ser valorado – a su real entender-, por su crecimiento económico personal. Se estudia medicina y se ve al paciente como cliente y ante ese escenario el trato hacia el se hace poco humanitario y mas comercial.

Resulta imposible aplicar la lógica de las empresas, a un producto que no es facil de definir, como estudiante educado o un conocimiento significativo. Distinguir entre educación y certificación, entre pensar y procesar la información, entre producir conocimiento o simplemente consumirlo. La calidad de una escuela de medicina o de una universidad no es equivalente al de una empresa, no son guiados por las mismas reglas ni principios. La escuela y la universidad atiende emprendimientos culturales y se debe de resistir a que se quiera convencer de que son guiados por las mismas reglas que las empresas.

Esta preocupación del autor, la comparto, la escuela de medicina y las universidades no pueden evaluar sus resultados en productividad. La esencia de formar profesionales de la salud, con otro tipo de actitudes, principios y competencias, no se circunscriben a una productividad, se circunscriben a dar un servicio a la comunidad y esto conlleva a otro tipo de compromisos del alumno, que no deben ser los intereses de comerciales. La excelencia en las universidades no se mide por la productividad, se mide por la calidad de sus profesores e investigadores y por la generación del conocimiento. Como menciona el autor, lo importante es hacia donde encaminemos a las universidades, sin ser tajantes en decir que el método tradicional ha dejado de ser útil en este nuevo siglo y solo el tecnológico educativo debe florecer. Esto es mas de la presencia y personalidad del maestro en el aula y en el enfoque que le de al binomio enseñanza- aprendizaje, pudiendo utilizar ambos métodos y adecuarlos a cada asignatura en particular.

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